miércoles, 13 de febrero de 2008

aaaahh la felicidad...

Siempre en una relación de cualquier tipo con cualquier persona suele aparecer la pregunta "¿Eres Feliz?" Donde la respuesta casi condicionada es "SI", bien entonada, para que suene convincente y no queden dudas. Acto seguido viene el auto convencimiento: "Estoy bien de salud, mi familia está bien... etc". Que falsa es la gente, detesto que las respuestas estén tan condicionadas por presiones sociales, ese "no quiero que la gente piense que soy infeliz", el miedo a la no adaptación cuando sensatamente todos sabemos que no encajamos en ninguna parte.
Nos han metido en la cabeza que el fin último en la vida es ser feliz, entre otras cosas igual de infundadas (religión... cof, cof), idea que es ridícula ya que todos nos hemos percatado de que nadie puede definir la felicidad. Decimos que es subjetiva para ahorrarnos el trabajo de buscar una definición estándar y aún así no podemos dar con ella... que se termina reemplazando por un mediocre "en realidad no estoy tan mal".
No tengo miedo en decir que no soy feliz, si conforme (y a ratos nomás), para mí la felicidad es algo tan inexplicable que no merece ser buscada, es una pérdida de tiempo tan grande que la vida no da el largo. En cambio tengo metas... muchas y de diversos tamaños que persigo porque siento que me harán estar en una mejor posición, pero que casi por definición no significarán jamás la felicidad ya que una nueva meta reemplaza a una antigua en un intercambio infinito.
El afirmar que se es feliz es un sedante peligroso, evidencia la falta de autocrítica y en un contexto macro frena el progreso en cualquier ámbito, cada día creo más en el dicho popular "sólo los tontos son felices"... piénsenlo bien, tiene MUCHO de cierto.